Octubre. Castellón de la plana – Sant Mateu.
Una princesa sacada de un cuento de hadas. Esa fue María. Vestida con un maravilloso Rosa Clarà, vaporoso y un cuerpo de encaje Chantilly y pedrería fina. Eligió un peinado trenzado lateral con un pequeño tocado a juego con el vestido, nos decidímos por un maquillaje sutilmente luminoso acorde a su personalidad.
Para el maquillaje confió ciegamente en mí, no me puso ningún impedimento. Solo me dijo: “Como tu me veas para mi día, pero quítame esas ojeras que me persiguen!”
Trabajé el rostro de manera natural como siempre, aportando luz a la piel de melocotón que tiene. Aunque su contorno de ojos es muy oscuro no queríamos aportar demasiada cobertura, por lo que trabajé con muy poca textura en la zona. En los ojos decidí trabajar en degradé con sombras malvas para dar color y el toque que casaría con su precioso bouquet. Un toque de blush y los labios en harmonía.
Estaba tan feliz que me facilitó mucho el trabajo, su piel resplandecía y sus mejillas sonrosadas ayudaron a conseguir su tono de piel tan perfecto.
Así se fue emocionada y feliz hacía el altar. En la ermita de la Mare de Déu dels Àngels de Sant Mateu la esperaba Jordi, su principe, que no pudo contener la emoción al verla.
Celebraron el banquete en Catí, en el restaurante El Prigo hasta el amanecer. Allí estuve para sus retoques aunque necesito más bien pocos ya que disfruto como novia y el maquillaje estuvo intacto toda la noche.
¡Gracias María por todo!